El espectáculo está compuesto por tres historias independientes protagonizadas por distintos personajes infantiles, cada uno enfrentando una situación cotidiana que genera una preocupación o problema común en el proceso de crecer. La obra se desarrolla en tres escenarios distintos que representan momentos del día: una escena nocturna en casa, una mañana en el colegio y una tarde en el parque.
Con un enfoque en la autoaceptación y la construcción de la autoestima, Cucú explora de manera poética y humorística cómo los niños y niñas pueden aprender a valorar sus propias diferencias y lidiar con la inseguridad de no encajar en el grupo. La obra evita el tono moralizante y se enfoca en transmitir un mensaje positivo mediante el uso del humor, la empatía y el respeto, fomentando valores esenciales para el desarrollo socioemocional en la infancia.