Ya sabéis que en este blog hablo fundamentalmente de literatura infantil. Hoy os recomiendo un libro para niños, aunque también os digo, adultos que leéis estas palabras con atención, que si aprovecháis para leerlo en esos momentos en los que el libro se quede libre y vuestros peques no lo estén leyendo, lo vais a disfrutar muchísimo.
Se trata de la novela infantil La Pastelería Bliss de la autora Kathryn Littlewood, y podríamos definirlo como un libro mágico y muy, muy dulce.
¿Qué es lo que cuenta? Esta historia se desarrolla en un pueblo llamado Fuente Calamidades, donde la familia Bliss regenta una pastelería a la que todo el pueblo adora por una razón: las recetas que usan para confeccionar sus dulces son mágicas, sacadas de un libro de recetas mágicas que la familia ha estado custodiando durante generaciones. De este modo, los pasteles de los Bliss no solo están deliciosos, sino que además producen milagros: una epidemia de gripe puede ser fácilmente erradicada con galletas de chocolate, lo mismo que una tarta puede curar el desamor o unas magdalenas pueden hacer desaparecer una profunda depresión para siempre.
Una mañana, el matrimonio Bliss es requerido por una importante autoridad de una ciudad cercana para solucionar un problema de salud que afecta a todos sus habitantes. Estos deberán ausentarse del negocio unos días, dejando al cargo de la pastelería a sus tres hijos, con Rose, la hija mayor, como encargada principal. Los padres, antes de marcharse, dejan claro una cosa: nada de magia en su ausencia y nada de usar el libro de recetas mágicas. Sin embargo, Rose, que a sus doce años está frustrada porque solo trabaja en la pastelería como recadera y nunca la dejan hacer magia, decide arriesgarse un poco y preparar una par de recetas del libro mágico de los Bliss con la ayuda de sus hermanos. Es el momento en el que la magia se descontrola provocando el caos en el pueblo, caos que deberán solucionar antes de que lleguen sus padres.
En medio de todo esto, aparece una hermosa y misteriosa mujer que se hace llamar Tía Lily, y que, según ella, es de la familia y ha venido a ayudar a los pequeños a controlarlo todo, pero puede que las intenciones de Tía Lily no sean tan claras y bienintencionadas como parecen.
Este libro, además de tener una de las portadas más bonitas que he visto en bastante tiempo, es muy divertido y entretenido, recomendado para lectores a partir de nueve años. Y fundamentalmente trata el tema de la aceptación de uno mismo, y comenzar a aceptar responsabilidades y asumir consecuencias. Algo que empieza a pasar precisamente a partir de esa edad, entro los nueve y doce años.
El libro tiene un final abierto, de hecho ya hay una segunda parte aunque aún no tiene traducción en español. Esperemos que no tarde mucho.Una recomendación: es conveniente tener algún dulce cerca durante la lectura del libro. Y que disfrutéis del dulce sabor de la magia de la lectura
