Cualquiera que asomara la cabeza el pasado sábado a las dependencias de La Carretería, podría haber pensado que allí más que la sede de una de las hermandades más señeras de la Semana Santa lo que había era un colegio o una guardería. Y casi lo fue, porque los “pequepriostes” fueron los protagonistas absolutos de una jornada dedicada a que los carreteros más pequeños conozcan a fondo su cofradía.
Con esta intención nació hace tres años esta iniciativa. Durante una mañana, los niños de la Carretería se convierten en los responsables de que todos los enseres que van en el cortejo estén limpios y relucientes. Unos 40 pequeños se dieron cita, trapo en mano, para aprender a trabajar como lo hacen los mayores, con el único objetivo de que el Viernes Santo todo esté perfecto en esta cofradía del Arenal.
“La idea surgió hace tres años y, desde entonces, reservamos un día de Cuaresma para los pequepriostes”, señala Arturo Medina, diputado de Juventud de la hermandad. Como si fuera un juego, durante la sesión los niños participan limpiando candelabros, incensarios y otros enseres y se les explica en qué consiste la labor de los priostes. Y todo ello sin límite de edad, porque en el equipo de los pequepriostes caben todos, desde los más pequeños de tres años hasta los más mayores de 14, que, en ocasiones ejercen casi de monitores ocupándose de los de menor edad.
A pesar de esa diferencia de edad dentro del grupo, todos los niños coinciden en una cosa: “Lo que más les gusta es cuando los metemos debajo de los pasos”, dice Arturo Medina. Y es que lo de limpiar plata se convierte finalmente en una excusa para hablarles de su hermandad y de lo que significa la estación de penitencia y, sobre todo, para pasar un día de convivencia. Este año, además, los responsables de La Carretería han hecho coincidir el día de los “pequepriostes” con el primer día de reparto de papeletas de sitio con la intención de atraer también a los mayores, que, según Arturo “lo pasan incluso mejor que los niños”.
Pero la dedicación de La Carretería a sus niños va más allá de la Cuaresma y la Semana Santa. Durante todo el año ofrecen numerosas actividades como talleres, cuentacuentos. Y todo con el objetivo de que la vida de la hermandad se llene de voces infantiles, algo fundamental para una corporación pequeña y muy familiar en la que los pequeños pueden salir de monaguillos desde su nacimiento y de nazarenos a partir de los 8 años.
Quizás a esta atención se deba que los primeros tramos de nazarenos, para muchos los más elegantes de la Semana Santa, estén llenos de niños y que unos 25 pequeños salgan como monaguillos delante de cada uno de sus dos pasos. Porque velar por el futuro de una hermandad es fundamental y en La Carretería lo saben.