Son tiempos difíciles y no hay mayor tentación ante el terror que dejarnos arrastrar por el pánico. Es humano. Y también lo es tener miedo por nuestros hijos. Yo pensaba en las mías y en todos los niños y niñas del mundo cuando la televisión me devolvía las sangrientas imágenes de la barbarie terrorista en París, primero, y el estado policial tomando las calles de Bruselas, después.
Durante estos días de caos y terror, las redes sociales han sido trasmisoras de mensajes, a veces, equívocos; otras, alarmistas y, la mayoría de las veces, falsos. En el grupo de WhatsApp de mamás del cole (sí, también yo estoy en uno) se activó una mañana el nivel 5 de alerta terrorista, el máximo, en nuestro país. Lo decía un mensaje que parecía provenir de una cadena que una de las mamás, con muy buena fe, trasladaba a las demás.
Es humano, decía, sentir miedo pero también lo debe ser adoptar una actitud responsable. Y con un cóctel que mezcla terrorismo, redes sociales e histeria materna, más. Tenemos a nuestra disposición herramientas, accesibles y rápidas, para contrastar los mensajes que nos llegan por las redes. Abrir un periódico o enfrentarse a un informativo pueden ser algunas de ellas.
Hoy es el nivel 5 de alerta terrorista, pero ayer era una supuesta furgoneta que raptaba niños en un barrio cercano. No importa. Todo alarmismo encuentra en nuestro miedo su caldo de cultivo. Y tenemos que plantarle cara. En nuestra mano está adquirir, ante la histeria colectiva una actitud responsable. Creo que es el mejor camino.