Hoy os propongo que tratéis de pensar del mismo modo que lo hacíais cuando érais niños. A alguno os costará. A veces las raíces de la adultez son tan profundas que perdemos la capacidad de retornar, aunque sea momentáneamente, a nuestra mentalidad infantil, lo cuál, por supuesto, afecta a nuestra capacidad de diversión. Probad a pensar las cosas como niños de vez en cuando. Es divertido. Yo lo hago constantemente y puedo aseguraros que no me trae más que beneficios, tanto para mi salud mental como física, mi buen humor, mi felicidad y mi relación con los demás. Eso sí, pensando como un niño habrá muchos aspectos del mundo de los adultos que no lograréis entender, (en realidad tampoco se entienden pensando como un adulto, solo fingimos hacerlo). Pues bien, si habéis conseguido hacer retroceder vuestra mente hasta dejarla como la teníais a los ocho, nueve o diez años, contestadme a esta pregunta: ¿Os resistiríais a leer una saga de libros que trata de un chef convertido en zombi con una rata inteligente y perspicaz como mascota, amigo de un peculiar grupo de niños, y que en cada entrega se enfrentan a monstruos de todo tipo? ¡Ah! Y encima te desternillarás de risa.
¿Quién se resiste a una propuesta como esta? Yo no, desde luego, y dado el éxito de la saga, que ya va por su décimo primera entrega, se puede afirmar que hay muchos jóvenes lectores que tampoco han podido resistirse a La Cocina de los Monstruos.
El creador y autor de estas aventuras es nada menos que Martín Piñol, quien se dio a conocer como monologuista para, poco después, iniciar una prolífica carrera como escritor, principalmente de libros infantiles. Piñol es humorista, guionista y escritor. Y aunque tiene algunos libros muy notables, (ya hablaremos en otro momento de la maravillosa Los Dragones de Hierro o de la enternecedora y encantadora historia de Episodio Final), la saga que le ha llevado a conseguir su éxito principal ha sido esta que comentamos hoy.
La Cocina de los Monstruos está narrada por el protagonista, el Chef Zombi, el peculiar y malhumorado chef del colegio Saint Grímor, cuya comida puede recibir todos los calificativos menos la de apetitosa. Este chef tiene como mascota a Estiércol, una rata de alcantarilla que destaca, sobre todo, por su inteligencia y perspicacia. Y lo más importante, el chef… es un zombi, eso sí, un zombi nada peligroso. Amigo inseparable de Pablo, un niño muy listo y empollón, Natalila, una chica valiente y amante de los misterios, y Zombete, un niño zombi torpe y bruto pero muy divertido. Juntos forman una peculiar pandilla que, en cada entrega, se las tendrán que ver que un monstruo distinto, de este modo podrás disfrutar viendo como se enfrentan a momias egipcias, hombres lobo, vampiros, brujas, dragones, trolls, marcianos…
Los libros no solo son divertidos de leer, sino que también incluyen entretenimiento extra, ya que en sus contraportadas hay juegos de mesa, y en el interior fichas recortables, chistes, explicaciones para fabricar disfraces monstruosos… Están maravillosamente ilustrados por Votric, cuyas ilustraciones y diseño añaden un especial dinamismo que se complementa con la narración.
Martin Piñol es un gran narrador, sobre todo teniendo en cuenta el reto de escribir comedia terrorífica para niños, sin caer en los chistes fáciles o fórmulas repetitivas por el simple hecho de causar gracia. Y, lo principal, logra acercar a los niños a un género, el terror, a través de la risa. De modo que los peques podrán conocer como se las gastan estos monstruos típicos del cine y literatura de género, pero sintiéndose seguros mirando desde el búnker de la comedia.
Os lo recomiendo. Yo, a mis treinta y tres años, los leo y me parto de risa. Y siempre ando ansioso esperando una nueva entrega.¡Ah! Y atentos a los títulos de los libros, que no tienen desperdicio. ¡Larga vida al Chef Zombi!