Probablemente, “Nazareno, dame un caramelo” sea una de las primeras frases que aprendí a decir por primavera. Aunque no me considero una “jartible”, cuando me dicen aquello de “capillita” solo puedo contestar con una sonrisa de asentimiento. Los últimos años he tenido la suerte de vivir la Semana Santa trabajando en mi profesión, la de periodista, y en el medio que más me apasiona: la radio. Por cierto, desde hace poco pulula por mi casa un pequeño monaguillo. Espero ser capaz de enseñarle a decir “nazareno dame un caramelo” tan bien como me lo enseñaron a mí.