Ser editor literario no es fácil, sin embargo tiene la dualidad de ser un trabajo repleto de maravillas. Si alguien, como es mi caso, ama la literatura, es obvio decir el enorme placer que uno puede llegar a sentir cuando tu trabajo consiste en recibir cantidades ingentes de historias, manuscritos y proyectos que aún no han visto la luz más allá del ámbito del escritor, leerlos atentamente, con un enorme respeto por todo el esfuerzo, pasión e ilusión que hay puesta en cada una de las páginas de ese manuscrito. Y, por supuesto, llegado el caso, comenzar los trámites para la publicación de ese libro y poder así compartirlo con el resto del mundo. Como digo, no es fácil, pero compensa de sobra las dificultades.
Como editor de literatura infantil y juvenil en Editorial Palabras de Agua, tengo el privilegio de estar leyendo constantemente buenas historias y proyectos preciosos. Lamentablemente no todas pueden ver la luz, y de ese puñado de buenas historias hay que seleccionar las mejores, (siempre según nuestro criterio, claro está), para proceder a su publicación. Es emocionante cuando encuentras un manuscritos que arranca bien, y que según vas leyendo te va gustando más y más, y que cuando vas por la mitad ya estás pensando en que merece publicarse.
Sin embargo hay veces, y no pasa muy a menudo, en que ese “flechazo” por un proyecto ocurre desde el principio. Es lo que me pasó a mí con “Hadas Que Muerden”, escrito por Ana Martínez Castillo. El manuscrito llegó a nuestra editorial y pasó a formar parte de la carpeta de “Para leer”. Ya el título me llamó mucho la atención. “Hadas que Muerden”. No me digáis que no es sugerente.
Cada vez que accedía a la carpeta para coger un proyecto para leerlo me fijaba en ese título, tentando de abrirlo para ver de que iba exactamente esa propuesta. Pero en Palabras de Agua tenemos normas, y una de ellas es que leemos y valoramos los manuscritos en riguroso orden de llegada, de manera que pese a mis ganas, las hadas tuvieron que esperar su turno. Cuando por fin tocó, lo comencé con ganas. Y ocurrió algo que no suele ocurrir frecuentemente: al terminar de leer el primer capítulo les dije a mis socios: “¡Chicos! Aquí tenemos algo!”. Me leí el manuscrito en una mañana. Recuerdo que terminé tan encantado que esa misma noche lo volví a leer.
Han pasado unos meses desde entonces, y Hadas Que Muerden ya es un libro publicado que se puede encontrar en librerías. Es un librito, (en el sentido físico del libro), precioso. Está escrito para niños de a partir de ocho años, y en él, la autora, Ana Martínez Castillo, desborda imaginación, fuerza narrativa y un control del ritmo exuberante, muestra una soberbia capacidad para crear grandes personajes y tiene un especial dominio en la creación de atmósferas.
“Hadas que Muerden” cuenta la historia de Teresa, una niña de una gran imaginación, que cree profundamente en la magia y en las hadas. Una noche decide invocar a uno de estos seres, y, para su sorpresa, un hada aparece en su habitación. Pero aquel ser nada tiene que ver con las hadas que Teresa ha visto en sus libros y en las películas. El hada Vierahalla, como se hace llamar, es un ser grotesco, con una boca enorme, llena de afilados dientes y que siempre, siempre tiene hambre. Desde el momento de su aparición,, Vierahalla convertirá la vida de Teresa en un caos.
El libro está ilustrado con talento por la artista Tania Coello, cuyo trabajo complementa perfectamente la historia. Y es un libro apasionante que vuestros peques amaran, os lo garantizo. Aclarar que aunque a veces roza el terror, no tenéis que preocuparos, no es algo que traumatice a vuestros niños con pesadillas. La combinación de aventura humor y terror está perfectamente equilibrada; además, Ana Martínez nunca olvida que la historia está dirigida a un público en concreto.
Como lector he disfrutado mucho con este libro, como editor es un orgullo haber podido contribuir a su lanzamiento la mercado para compartirlo con todo aquel que quiera acercarse al mundo creado por Ana Martínez Castillo, y como bloguero de Sevilla Con los Peques, especializado en literatura infantil, es una lectura que recomiendo encarecidamente.
Feliz lectura.
Y cuidado con las hadas… algunas muerden.
