La maternidad te enseña muchas cosas. Paciencia, sobre todas. Pero también de solidaridad y de empatía. Cuando parí a Pirfita, estaba realmente obsesionada con darle el pecho e iba pidiendo consejo a cualquiera de las personas que se cruzaban conmigo en el hospital. No tuve suerte con los doctores, ni siquiera con las enfermeras, hasta que llegó una auxiliar de enfermería cincuentona con dos hijos mayores que me dio algunas claves básicas y mucho ánimo.
En nuestro país, prácticamente en cada una de las provincias, hay grupos de apoyo de madres que ayudan y asesoran a otras madres. Un movimiento solidario entre mujeres que, a través del testimonio y la experiencia de unas, buscan el empoderamiento y el bienestar de otras para que puedan vivir su maternidad de una forma plena, completa y, si es posible, feliz.
Deberíamos plantearnos devolver al terreno de la mujer lo que, hace tiempo y sin previo aviso, nos fue arrebatado. El Doctor José María Paricio, uno de los expertos en lactancia más reconocidos de nuestro país, y que dirige la Asociación de promoción e Investigación cientifico-cultural de la Lactancia Materna, APILAM, lo recomienda en su libro “Tú eres la mejor madre del mundo” (Ediciones B, 2013).
Paricio sostiene que, en su día, hubo quienes quisieron hacer creer a las mujeres que ellas no eran capaces de criar a sus hijos. Les decían cosas del tipo “tu leche no vale”, con el único fin que el comercial. Una tiranía, reconocida por muchos profesionales sanitarios de nuestros días que, como Paricio, sostienen que estas redes solidarias de madres que se ayudan entre sí es muy beneficiosa para nuestra sociedad.
Esa mamá cincuentona, que entró en mi habitación el día siguiente a mi parto por pura casualidad, nunca sabrá el favor que me hizo con su simple testimonio. Dos años de lactancia feliz y una nueva orientación a mi propia actividad laboral (centrada ahora en divulgar aspectos relacionados con la maternidad) son sólo algunos de los efectos de sus cálidas palabras en uno de los momentos más decisivos de mi vida. Lástima que no sepa su nombre para personalizar en ella un agradecimiento que, en realidad, es extensivo a todas las madres solidarias con las que me cruzo en la vida.
Mamás que ayudan a mamás
La maternidad te enseña muchas cosas. Paciencia, sobre todas. Pero también de solidaridad y de empatía. Cuando parí a Pirfita, estaba realmente obsesionada con darle el pecho e iba …