En apenas unas semanas volveré a ser madre. De mis amigos de toda la vida, de mi pandilla del pueblo, comparto espera con tres amigas más. Nosotros funcionamos un poco como animales y traemos los niños en camada. Una pequeña broma cariñosa que nos hacemos entre nosotros y que hace que, entre unas cosas y otras, ya nos falten dedos en las dos manos para contar a los peques de nuestra “minipandi”.
Una de las amigas con la que estos días previos me fotografío la barriga trae trillizas. Los amigos estamos muy ilusionados esperando a todos los bebés pero, sin duda, por las circunstancias que rodean a este embarazo múltiple, la llegada de “las trillis” la esperamos todavía con mayor ilusión. El día que los doctores le confirmaron que traía tres bebés me puse un poco histérica. No era capaz de dormir haciendo mis propios planes sobre cómo ayudaría a mi amiga: las comidas que cocinaría para llevarle a su casa, la ropita y complementos que le prestaría… Hasta que recordé que, cuando nazcan sus hijas, yo tendré una de apenas un mes que me dejará poco tiempo para todos esos planes que rondaban mi cabeza.
Pensaba que, debido a nuestras cercanas maternidades, apenas iba a poder ayudarla. Me limitaba a buscar por las tiendas ropitas de tallas pequeñas porque ya sabemos que las niñas serán prematuras. Hasta hace apenas unos días cuando, en mitad del almuerzo, mi amiga, que conoce perfectamente los beneficios de la leche materna para prematuros, me confesó que en el hospital público sevillano donde nacerán las niñas no hay banco de leche humana. Y ahí es donde entro yo, la que creía que no podía ayudarla más allá de regalarle a las niñas algún trapito: Para cuando vengan “las trillis”, si todo sale como está previsto, yo llevaré unas 6 o 7 semanas dando el pecho a mi hija. Mi propia experiencia me dice que es la etapa más compleja porque todavía no nos habremos acompasado en la demanda y producción de leche. Lo que mi amiga me sugiere es que congele el excedente para cuando lleguen sus hijas, que tanto necesitarán leche humana, entre otras cosas, para mejorar el proceso madurativo de sus sistemas digestivos y evitar posibles infecciones ya que podrían pasar algunos días en una incubadora de una UCI.
De repente, es mi amiga la que, al formularme esa petición, me ofrece la oportunidad de formar parte de la vida de sus hijas, a las que querré tanto como quiero a todos y cada uno de los miembros de esa familia extensa que son los amigos de toda la vida. Y ahora estoy con una ilusión multiplicada por cuatro: La de esperar para cuidar, querer y amamantar a mi propia hija y la de serles útiles a nuestras “trillis” para que salgan cuanto antes del hospital, sanas y fuertes. No se me ocurre un regalo más especial que hacerles.
Bueno …yo soy Gabriela …y soy mamá de tres niños …uno acaba de nacer …tiene dos meses …y tengo mucha leche ….entonces estaba pensando en donar mi leche …ya q soy una mujer sana tengo 27 años no fumo no bebo …y mucho menos consumo ninguna droga…!!!quisiera ayudar á los niños prematuros …pero no se adonde acudir …á ver si vosotros podéis aconsejarme ….gracias