Son muchos los mitos que hay en torno al reciclaje que no tienen ningún fundamento. Te los contamos aquí.
El proceso del reciclaje de envases y la gestión de residuos es algo que a veces resulta desconocido para la población. Gente que indaga poco al respecto y en consecuencia suele asumir como ciertos determinados falsos mitos en torno a este hábito tan necesario para preservar el medio ambiente.
No queremos que esto ocurra en nuestra ciudad de Sevilla. Por ello, en este post, desmontamos las falacias más frecuentes en relación al reciclaje de envases.
“Para qué reciclar, si luego lo mezclan todo”. ¡No es verdad!
Cuántas veces habremos oído eso de “para qué reciclar, si luego lo mezclan todo”. ¡Es un falso mito como la catedral de Sevilla de grande! La realidad es que, en la gestión de residuos urbanos, o bien existen camiones bi-compartimentados donde se separan las fracciones de residuos de los contenedores de colores, o bien existen rutas específicas que circulan por separado recogiendo los residuos de estos contenedores.
Además, una vez que los camiones llegan a las plantas de tratamiento, los envases son clasificados por tipos de material y se acaban agrupando en lo que se denominan “balas” de materiales: de aluminio (por ejemplo, de las latas de refresco), de acero (por ejemplo, de las latas de conserva), de plástico PET (por ejemplo, de las botellas de agua), de plástico PEAD (por ejemplo, de las botellas de lejía o detergente líquido), o de briks (por ejemplo, de los caldos o leche).
Y finalmente estas “balas” se llevan a empresas recicladoras, las cuales, a partir de estos materiales, se encargan de fabricar nuevos envases o productos. Como neumáticos, salpicaderos para los coches, bancos para los parques, tubos, cables, etc.
Ahí está el beneficio medioambiental de reciclar: el hecho de reintroducir en los procesos de fabricación los materiales reaprovechados de los envases que nosotros depositamos diariamente en los contenedores amarillos que Lipasam pone a nuestra disposición en la ciudad de Sevilla.
“El reciclaje quita puestos de trabajo”. ¡Todo lo contrario!
Otro de los falsos mitos habituales que a veces escuchamos es que el reciclaje quita puestos de trabajo. ¡Es todo lo contrario! Según fuentes de Ecoembes (la organización sin ánimo de lucro que cuida del medio ambiente a través del reciclaje y el ecodiseño de los envases domésticos ligeros de nuestro país), la gestión de residuos genera más de 42.600 puestos de trabajo en España, 9.400 de ellos de forma directa.
“Reciclar contamina más que producir” ¿En serio? ¡Qué equivocación!
Que reciclar contamina más que producir es otra de las afirmaciones que muchas personas suelen decir muy gratuitamente, y no pueden estar más equivocados. Vamos a aclarar esto: Reciclando ahorramos agua, energía y materia prima. Además, se reduce la contaminación en los procesos de obtención de la materia prima en los procesos de fabricación.
La extracción de materias primas de la naturaleza para la creación de nuevos envases supone mayor coste ambiental que el reciclaje de estos. Según Ecoembes, en 2020, gracias al volumen de envases que se entregaron a instalaciones recicladoras, se consiguió evitar la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera o ahorrar 20,29 millones de m3 de agua y 6,37 millones de Mwh de energía.
“La calidad de los productos reciclados es peor”. Rotundamente falso
Las personas que piensan que la calidad de los productos reciclados es peor, no pueden estar más equivocadas. El aluminio de las latas de refresco, el acero de las latas de conservas, los briks y los envases de plástico pueden ser reciclados sin perder su calidad. Los envases fabricados con material reciclado son igual de buenos que los fabricados a partir de materias vírgenes. Y, de hecho, cada vez son más comunes. Además, los envases reciclados también se utilizan para crear otros materiales como textiles, piezas de los coches o mobiliario urbano.
“Que yo recicle no va a salvar el mundo” ¿Y has pensado que puedes contribuir a un mejor bienestar en la ciudad de Sevilla?
Es importante destacar que cuidar el medio ambiente es trabajo de todos. La función de los ciudadanos es imprescindible para que la cadena de reciclaje funcione, ya que los pequeños gestos de cada individuo, al juntarse, suman mucho.
En nuestra ciudad de Sevilla, gracias a la labor de Lipasam junto con la colaboración de Ecoembes, separar los envases y depositarlos en el contenedor adecuado es un sencillo gesto que ayuda enormemente a cuidar nuestro entorno más cercano. Actualmente se cuentan con casi 2.200 contenedores azules y más de 2.800 contenedores amarillos. Todos ellos a disposición de los sevillanos. Y se encuentran ubicados estratégicamente en toda la ciudad, habiéndose mejorado incluso la ratio de 500 habitantes por contenedor.
Recuerda que el contenedor amarillo es para los envases de plástico, latas y briks. Plásticos que no son envases ¡nunca van al amarillo, sino al contenedor de resto! Y los envases de cartón y papel, siempre al contenedor azul.
